Tarde o temprano llega el momento en que un artista retrata
a un familiar. No creo que haya muchos que se salteasen esta instancia. Ya sea
como ejercicio u homenaje al retratado. Esta pintura que les traigo en esta oportunidad,
corresponde a la última categoría. Este es un retrato post mortem de mi abuelo
materno. Es un regalo que le hice a mi abuela, que hacia poco menos de un año había
enviudado y me pareció que, ya que en una época de mi infancia fui criado por
ellos, era lo mínimo que podía hacer, en parte a modo de retribución. De más
esta decir que le encanto y se emociono un montón y lo tiene colgado en el
living de la casa.
En esta pintura me centre en la composición de la imagen y
los elementos anecdóticos característicos del modelo, los cuales tenían que
tener semejanza con el modelo real pero tratando de no caer en los estereotipos
de retratos típicos. Por eso en ves de copiar directamente de una fotografía única,
hice una composición de varias fotos, tomando elementos de todas, y el color es
totalmente interpretación mía.
Los rasgos de el
rostro, con una mirada que le era característica, la postura del cuerpo, como
se apoyaba, y las manos, exageradamente grandes, que enfatizan el carácter de
trabajador que lo definió en vida. Estos rasgos lo hacen identificable para los
que lo conocían y logran evocar un su recuerdo, o por lo menos lo intenta.
La paleta que utilice es la que vengo trabajando hace un
tiempo. La saturación del color y el contraste son elementos con los que estoy
jugando hace rato y seguramente siga tratando de encontrarle la vuelta, al
menos por un tiempo.
No se si esta pintura es de lo mejor que he hecho, pero esta
dotada de mas carácter personal que casi todo lo que esta publicado en este
blog. No se si voy a tener muchas oportunidades en mi vida de hacer trabajos con
este, así que aprovecho para darle la relevancia que tiene. Hasta la próxima.
Oleo sobre MDF.
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